miércoles, 12 de junio de 2013

La tentación: deber, querer y poder



El ejemplo más antiguo  de tentación del que nosotros tenemos noticia, es el narrado por esa leyenda escrita que conocemos con el nombre de “Biblia” (ese libro para curas, monjas y resto de cada vez más escasos católicos) en el que se cuenta que dos personajes llamados Adán y Eva podían hacer lo que les viniera en gana, excepto comerse una manzana. Ellos no hicieron lo que debieron y fueron castigados por Dios con dolor para la mujer a la hora de dar a la luz a los hijos y con la obligación de trabajar por parte del hombre para obtener alimentos.

De todo lo expuesto, yo personalmente saco tres conclusiones:

1.- Dios debió llevarse un enorme disgusto cuando se descubrió la epidural.

2.- Quizás debido a ese disgusto, extendió el castigo del trabajo también a la mujer. Por lo que debe estar muy enfadado con Rajoy por negarnos, tanto a hombres como a mujeres, el cumplimiento de la obligación de trabajar.

3.- Lo prohibido da morbo. Porque tener a tu disposición absolutamente todo y empeñarte en comerte una puta manzana…señores Adán y Eva, perdonar que os lo diga, pero sois gilipollas.

Me centro en este último punto. ¿Por qué lo hicieron si no debían? ¿sólo por ese morbo que da lo prohibido? ¿Porque quisieron? ¿Porque pudieron?

¿Qué hacemos generalmente cuando tenemos algo que nos tienta? ¿lo que debemos? ¿lo que podemos? ¿lo que queremos? Enumero algunos ejemplos entre los cuales aprovecharé temas que abordamos anteriormente en este blog.

¿por qué un chaval de 12 años prueba el tabaco a sabiendas de que es perjudicial para su salud, y por tanto no debe fumar? ¿Por el morbo a lo prohibido? ¿por qué no eliminan las autoridades el tabaco? deber deben, para cuidar así nuestra salud. Poder pueden, basta con erradicar su fabricación y posterior venta. ¿Es acaso que no quieren por los ocultos intereses económicos que hay detrás?

Si nos encontráramos en un decisivo examen y tuviéramos la oportunidad de copiar en él, podríamos hacerlo y seguramente también querríamos, pero…¿deberíamos? 

Caso de las corridas de toros. Podemos matarlos gracias a nuestra superioridad intelectual que nos permite decidir por ellos, en nuestro país se ve que queremos, pero…¿debemos?

El cuidado del medio ambiente. Es obvio que debemos respetarlo pues nos estamos cargando este lugar llamado “planeta tierra”, poder podemos reciclando y respetando religiosamente las pautas que nos recomiendan, pero…¿queremos reciclar y respetar o nos lo pasamos por el forro?

Los avances tecnológicos. Debemos continuar en constante progreso, querer por supuesto que queremos, pero…¿podemos avanzar más rápido aún si cabe, descubriendo por ejemplo vacunas contra el cáncer y resto de enfermedades terminales?

Fidelidad e infidelidad. ¿Somos fieles porque no tenemos oportunidad de ser infieles y por tanto no podemos serlo? ¿lo somos porque queremos serlo? ¿lo somos porque debemos y cumplimos así con nuestro deber moral?

Los cuentos de hadas también aquí tienen cabida pues el deber se personificó por Disney en aquel adorable “pepito grillo” que daba voz a lo que conocemos como conciencia. Ese ser abstracto que nos empuja a  realizar lo que es debido en lugar de lo que nos apetece hacer para poder dormir tranquilos. 

¿Cómo actuamos ante las continuas tentaciones con que nos estimula la vida? ¿actuamos conforme nos permiten las circunstancias? (poder), ¿como se supone que es correcto? (deber), ¿como nos viene en gana? (querer).

¿Somos capaces de encontrar el equilibrio perfecto entre estos tres monstruos llamados “deber, querer y poder” que se baten en constante duelo? ¿qué o quién establece lo que se debe hacer y qué es lo que separa lo debido de lo indebido?

¿Acaso no es aburrido hacer siempre lo que se debe en lugar de lo que se puede y quiere?

Acabo con una famosa frase que seguramente más de uno conoceréis: “la única forma de librarse de la tentación es cayendo en ella”

Como siempre y con un nuevo tema sobre el que reflexionar, nos interesa vuestra Opiniaris

2 comentarios:

  1. Buen tema!
    Mira tu por donde iba a escribir esa frase con la que acabas el texto.

    Deber, querer y poder.. esos tres dilemas morales, que nos encauzan a tomar decisiones.

    Está muy bien acoplado el tema con las entradas anteriores y sería una locura responder a todas esas preguntas.

    Pero en líneas generales..hacemos lo que debemos? pues depende de lo que sea.. hay personas que cumplen con su "deber" y hay otras tantas que no.. por qué "debo" hacer esto y no lo otro.. por moral? porque nos lo han impuesto? pues eso ya depende a lo que nos ciñamos.. pero normalmente cuando debemos hacer algo.. suena a obligación y cuando te obligan directa o indirectamente a hacer algo por "deber" no me suena nada bien.

    Pero a veces "debemos" ( vivo en constante contradicción interior) debemos respetar lo que se nos impone, debemos ser buenos ciudadanos, debemos acatar las normas y un largo etc.. pero.. solo a veces.. porque aquí entran los dilemas. ¿"quiero" hacerlo?.. pues a lo mejor no me apetece hacerlo.. y debo hacerlo pero no quiero y en cuanto se produce esa confrontación.. que baje el señor y me ilumine.. ahora que? pues ahora tomarás la decisión que consideres oportuna, harás lo que quieras por encima de lo que debas, o harás lo que debas por encima de lo que quieras, que visto así.. es una faena, como dije anteriormente querer y no deber.

    Pregúntome..¿cuáles son o serían las consecuencias de la desobediencia? pues indudablemente un castigo, porque la humanidad funciona así, castigamos los errores y premiamos los aciertos. Y así nos va.

    ¿Puedo hacerlo? Si puedo hacerlo, lo hago y que salga el sol por donde quiera, querer y no poder.. qué frustración me impregna de solo pensarlo. A veces queremos, y no podemos, o no debemos, o podemos y no queremos, o podemos y no debemos.. y venga la burra al trigo.

    Apoyo el libre albedrío con moderación, por qué no voy a hacer algo que quiero y no debo? por moral? por el castigo?. Creo que todos debemos en algún momento de nuestras vidas sucumbir a los entresijos de esta vida, sucumbir a las tentaciones, hacer lo que no debemos, lo que no podemos y lo que queremos, por el simple hecho de darnos la autoridad que tenemos sobre nosotros mismos y por supuesto, para darnos el aprendizaje que todo acto en sí conlleva.

    Aprendizaje, porque.. de todo se aprende, sea bueno o malo, y si erramos, aprenderemos, y si acertamos, también aprenderemos, y necesitamos esa dosis de castigo y premio en nuestra vida.

    Que no os lo cuenten, no hay experiencia más gratificante que haberla vivido en primera persona y haber aprendido de ella.

    Lo dicho,sed buenos si debéis, podéis o queréis.

    ***

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  2. He sabido ver tentaciones que han querido chocar de forma frontal conmigo y con toda la tranquilidad del mundo he cruzado de acera sin dudar.....a mi edad me siento muy orgullosa de no haber metido nunca la pata....por lo que hasta el momento no puedo comprender a quien cae en ellas

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